Una de mis películas favoritas (y no por el hecho de que Brad Pitt sea uno de sus protagonistas principales, al menos no sólo por eso) ha sido, es y será SEVEN. Para el que no la conozca, la presento. Es un peliculón donde un asesino psicópata utiliza como patrón para elegir a sus víctimas los siete pecados capitales. Gula, Pereza, Envidia, Soberbia, Ira, Lujuria y Avaricia. Siete, ni uno más ni uno menos.
El motivo de que estos siete pecados reciban el nombre de «capitales» no tiene que ver con la magnitud de éstos, sino que responden a su raíz latina «capitis» (cabeza) porque, según Santo Tomás de Aquino, dan origen a otros muchos. Yo he decidido rebautizarlos y llamarlos «CIF», Comportamientos Incompatibles con la Felicidad, por si existe algún ateo en la sala.
Yendo un poquito más allá, y para todo aquel que no sea creyente, no cabe duda de que estas siete demoledoras emociones o sentimientos son tremendamente destructivas para el ser humano. Y lo son por dos razones. Una, por la cantidad de daño que producen a todo aquel que las padece y a todos aquellos que están a su alrededor, dado que son como la peste: se contagian con tan sólo estar en contacto con ellos y dos, por lo bien que se camuflan y disfrazan, pasando muchas veces inadvertidas por aquellos pobres contagiados.
¡Pero hay un lado positivo! Soy de las que piensa que TODO, absolutamente TODO, se puede entrenar. Y esto no iba a ser menos. Pero como todo, existen condiciones.
-
Hay que estar dispuesto a conocerse y abierto a cambiar aquello que nos hace daño.
Muchos de nosotros no nos atrevemos a ver un poquito dentro de nosotros. Nos acostumbramos a ver la paja en el ojo ajeno y olvidamos que el nuestro tiene una viga incrustada. El trabajo de introspección es fundamental para poder vivir libres de estos siete malvados enemigos nuestros . Si no somos conscientes de las cosas que tenemos que trabajar, será muy difícil que las cambiemos. Estate atento a lo que piensas, a lo que dices y a cómo actúas. Si te conviertes en tu propio entrenador, tendrás muchas opciones de encontrar tus debilidades y ponerte manos a la obra con ellas. Además, tengo intención de ayudarte!! Así que, aunque el primer paso tienes que darlo tú haciendo un viajecito a tu interior, no estás sol@ 🙂
-
Hazte las preguntas adecuadas.
Una vez que hayas hecho ese viaje y te hayas conocido un poquito más, estoy segura de que te habrás sentido más relacionado con unos que con otros. O sientes que eres más perezoso, o sientes una envidia terrible de ese amigo tuyo al que le van tan bien las cosas (o tiene muchos más seguidores que tú en Instagram… xD ) o puede que te hayas dado cuenta también de que eres demasiado listillo y que no permites ni aceptas la opinión de alguien que no piensa como tú. Antes de nada, ENHORABUENA. Hay que ser muy valiente y humilde para aceptar las flaquezas que uno tiene y tomar una responsabilidad plena del cambio. Ahora que ya sabes dónde está el trabajo, hazte las preguntas adecuadas. Muchas veces somos envidiosos, perezosos, nos matamos a comer, etc porque no nos hacemos las preguntas correctas. «¿Es esto bueno para mí?» «¿Cuánto tiempo me llevaría exactamente hacer esto?» «¿Qué es lo que hace que me enfade siempre ante esta situación?»… Las preguntas te ayudarán a hacerte consciente de lo que te pasa. ¿Cómo vas a dejar de enfadarte por algo si no sabes cuál es la razón que lo motiva? ¿Cómo vas a vencer la envidia si no comprendes que lo único para lo que sirve es para darte cuenta de que esa persona tiene algo que tú deseas? CUESTIÓNATELO TODO. La mayoría de las veces la clave no está en las respuestas, sino en las preguntas potentes.
-
Recupera el control de ti mismo.
Otra de las cosas que me fascina de estos siete pecados es que les damos mucho más poder del que en realidad tienen. Pensamos que nada podemos hacer ante un ataque de gula, o de ira, o de pereza. Es como si tuvieran una fuerza monumental y nuestro destino estuviese en sus manos. Pues de eso nada, monada!!! Es cierto que son fuertes y muy seductores. Te hacen creer que «tampoco es para tanto quedarse en la cama y no terminar el trabajo» o que «porque te comas una bolsa de chuches en el cine aunque estés en un programa de pérdida de peso tampoco es tan grave»… Las miles de formas que usan estos siete tremendos enemigos del éxito (personal, profesional y de cualquier tipo) para hacerte fracasar requieren de algo más que fuerza por tu parte. Necesitas tener claro que EL CONTROL LO TIENES TÚ. Que tú decides si te quieres comer esas chuches o no. Que está en ti decidir que no sólo eres capaz de terminar ese trabajo a tiempo, sino que lo bien que te vas a sentir al terminarlo, no hay nada que lo pague. Nómbrate Capitán, Comandante y Ejército de todo lo que haces, porque no creo de verdad que haya nada más satisfactorio que sentir que tú ganas. Cada vez que te enfrentes a uno de ellos, recuerda que estás librando una batalla y que tienes el deber de vencer. Por ti, por tu bienestar, por conseguir aquello que deseas, porque no quieres pasarte la vida enfadado, deseando lo de otros sin hacer nada por conseguirlo, siendo un repelente que cree que lo sabe todo o decepcionándote a ti mismo cada vez que no eres capaz de frenar un atracón.
Tenlo claro. Estás al mando!! Eres libre de elegir qué tipo de persona quieres ser.
Tu poder es ilimitado. Todo está dentro de ti. Aprovéchalo!!! 🙂
Leave a Comment