Nos hicieron creer que ser sexy es aquella que luce un cuerpazo, lleno de curvas (en la época de mi padre) o con el abdomen definido hasta la sequedad de la mojama (en la “época fit” que estamos viviendo). Nos hicieron creer que una mujer que se siente sexy es vulgar y chabacana. Que es una golfa, que quién se cree que es para ir de diva por la vida. Que lo decente y sofisticado es ser sutiles, pasar desapercibidas y no hacer demasiado ruido. Nos hicieron creer que quién decide que eres sexy no eres tú, sino el juicio de todos los demás, que te comparan con estereotipos que salen en la revista GQ o, peor aún, tú misma y tu juicio implacable al compararte con ellas. Nos hicieron creer que las mujeres, para ser fuertes, tenemos que ocultar nuestros sentimientos, estar llenas de músculos y demostrar que podemos con todo con una sonrisa, aunque para ello sintamos que la capa nos aprieta el cuello cada día un poco más.
Amiga mía, NOS MINTIERON.
Porque ser sexy es decidir brillar aunque el mundo no esté preparado para soportarlo y tengas que luchar contra la envidia. Ser sexy es ser determinada, controlar tu vida y decidir hacia dónde quieres ir, por muchas trabas que traten de ponerte en el camino. Ser fuerte es ser madre, mujer, hermana, hija, amiga, vecina, empresaria, deportista, malabarista para sacar tiempo para ti misma y, aun así, tener la fuerza suficiente para sonreír al llegar a casa.
Porque aquí, quién decide cómo sentirse y cómo vivir, ERES TÚ.
Y esta sección está creada con el fin de presentarte a mujeres reales aunque de otro mundo. Mujeres que, como tú y como yo, no salen en las revistas pero que merecerían un premio nobel a la inspiración femenina. Almas generosas, fuertes, sexis, nobles, que se han atrevido a ser ellas mismas a pesar de las dificultades. Altamente inspiradoras y valientes que espero que te ayuden a encontrar dentro de ti las ganas suficientes de buscar qué es lo que te hace especial y te llenen de la fuerza necesaria para sacarlo a la luz.
Porque tú eres única y el mundo no será el mismo sin ti.