No sé de quién es la culpa. Tal vez sea de Disney y su obsesión con el “vivieron juntos y felices para siempre”. O puede que sea de esta sociedad donde parece que si no te has casado o eres gay y no lo has aceptado, o monja sin clausura o, simplemente, un bicho raro. Nos han hecho creer que “siempre hay un roto para un descosido”, que “ya llegará”, que “cuando menos te lo esperes…”. Pues me vais a odiar, pero no estoy de acuerdo. Pero antes de saltarme a la yugular, permitidme que me explique.
Para empezar, creo que hay gente que confunde “Amor” con “Compañía”. No sé ni cuántos amigos, compañeros, conocidos y desconocidos están con sus parejas porque “están cómodos” o “están a gusto”. Tienen a una persona a su lado con la que hablar, compartir alguna que otra historieta que les ha pasado en el trabajo y poco más. Hace mucho que no les emociona verse, que no se tocan y, mucho menos, se sienten. No se atreven a dejarse porque… ¿Y si se sienten solos? ¿Y si no encuentran a otra persona?
Son esas parejas que, en algún momento, sin darse cuenta, se han convertido en colegas. Se tienen cariño, se respetan, pero no se aman. Pero qué difícil es empezar de cero! Qué difícil decir adiós! Qué sentimiento tan horrible ese de romper un corazón, de ser “el malo de la película”, de ser el primero en colgar el teléfono, de poner Fin. Entonces prefieren estar sin ser en un tipo de amor que se ha transformado en “costumbre”, en “dependencia”, en excusas que les hacen creer que están haciendo lo correcto. Y el tiempo pasa. Y su vida pasa. Y nada pasa…
Esos al menos se llevan bien. Sigue sin ser amor, pero no es poco!! Pero ¿qué me decís de esas parejas que ya sólo saben hablar como si estuvieran en el plató de Sálvame? Se gritan, se desprecian y hasta puedes verles tatuada la cara de asco cuando se miran el uno al otro. Son aquellos que llevan mil años juntos y, aunque dicen conocerse bien, se han convertido en completos extraños. Ni siquiera son amigos. Son compañeros de piso que simplemente parece que siguen juntos para hacer pagar al otro su infelicidad. “¡Que se joda! ¡Es por su culpa!”. Que digo yo, ya que han decidido seguir juntos, ya sea por los hijos, porque no tienen dinero para separarse, o cualesquiera que sean las razones, ¿por qué no hacerlo más fácil? Ya de ser compañeros de piso, ¿por qué no ser buenos compañeros?
El amor, para mí, es sólo para los valientes. Para los que se atreven a esperar a la persona que realmente llegue y les revolucione el alma. Para los que saben estar solos y se aman a sí mismos, pero deciden compartir ese amor con otra persona. O no!!! O se lo quedan todito para ellos mismos y para otras millones de cosas: la naturaleza, los animales, la cultura, la religión, la vida… Pero igualmente,decidas lo que decidas, hace falta echarle huevos. Porque no vinimos a este mundo a compartir nada con nadie. Que no te engañen! Vinimos a este mundo a VIVIR, a DISFRUTAR, a DEJAR NUESTRO GRANITO DE ARENA, a SER FELICES. Y para eso sólo te necesitas a ti mismo. Nada más.
Porque no hay nadie como tú en este mundo. Eres especial y único, así que no hay reglas universales ni verdades absolutas. No te conformes con la vida que otros te han vendido como “feliz”. Elige cómo quieres vivir la tuya y con quién. Y AMA. MUCHO!!! A lo loco. Sin límites. A todo y a todos! Que hay mucha gente falta de amor en este planeta. Y la magia surge de algo tan simple como de un abrazo sincero. Una sonrisa gratuita. Una llamada inesperada.
El amor, el de verdad, sí que es para todos. Y es gratis. E ilimitado. Y está ahí para ti. Úsalo sin precaución.
“El verdadero amor es como los espíritus: todos hablan de ellos, pero pocos los han visto”.
François de laRouchefoucauld
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