Creo tener la suerte de contar con un poderoso imán para conocer mujeres extraordinarias; mujeres que me inspiran y me remueven en lo más profundo de mi ser. Y de entre todas ellas, hay una que es particularmente especial para mí y no sólo por compartir apellido y sangre. Es única y mágica. Ella es mi prima Rebe ❤
Cuando pensé en escribir esta sección, me vino rápidamente su imagen a la cabeza. ¡Bueno! La imagen de la última vez que la vi, hace unos 10 años. Así que me puse en contacto con ella por videollamada y, más allá de unas cuantas canas de más, me la encontré con la misma mirada dulce y sonrisa tímida que yo recordaba de mi niñez. Conectar con ella fue algo mágico para mí. Fue como volver a llorarle a mi madre para que me dejara quedarme en su casa a dormir.
Pero no estrena esta sección por compartir sangre conmigo, ¡qué va! Ella se lo ha ganado solita aunque, si se lo preguntáis, dirá que no es para tanto, con la humildad de aquellas personas que hacen las cosas porque les nace, sin pedir nada a cambio.
¡¡Paso a contaros su apasionante historia!!
Nació en Vigo hace 44 años. Cuando tenía veintipocos, cogió las maletas y se fue a Londres. Como antropóloga, buscaba conocer otras culturas, otras situaciones diferentes y, dejándose llevar por su intuición, a los pocos años decidió viajar 6 meses a Kumasi, Ghana. No tenía muy claro qué era lo que le llevaba allí pero, como ella dice, «me dejé guiar por lo que sentía». Hoy hace más de 16 años que está allí.
Dirige una ONG, es mamá de Lola y Mía y es una de las mujeres más inspiradoras que he tenido el placer de conocer. Comparto nuestra conversación con vosotras para que podáis disfrutarla un poquito vosotras también.
Rebe, ¿Qué fue lo que te hizo elegir irte a Ghana en un primer momento?
Mi padre nació en África y siempre tuve la curiosidad de conocer este continente. Además, soy de las que creo que cuando uno toma una decisión importante, no hay que sacar ninguna libreta de pros y contras. Sólo seguir tu corazón. Este tipo de cosas no se piensan demasiado o nunca se hacen. Simplemente seguí mi intuición.
Pero pasar de Londres a Ghana… ¡Es un cambio radical!
Pues sí, pero te confieso que me siento cómoda en situaciones que no controlo mucho. De hecho, en Londres cogía muchas veces el autobús y me bajaba en cualquier parada sin tener ni idea de dónde estaba con la intención de conocer sitios nuevos y ver cómo me las podía apañar para llegar a casa luego! (ríe)
¿Me estás diciendo que te sientes cómoda estando incómoda?¿Cómo es eso?
Aprendiendo. Soy una persona tímida pero por mi posición tengo que hablar con personas todos los días. Cada uno es como es y lo importante es descubrirlo y aprender a vivir con ello. Descubrir tu don y explotarlo. Vivir como uno es y hacer cosas en consecuencia. Y cuando sientes que algo te da miedo… ¡Te lanzas! Porque el miedo suele indicarte que por ahí vas bien.
Siguiendo tu intuición, sin pensarte demasiado las cosas importantes y lanzándote cuando las cosas te dan miedo… ¿Alguna decisión alocada habrás tenido, no?
(ríe) La decisión más alocada que he tenido en mi vida es quedarme a vivir en Ghana. No es nada fácil la vida aquí pero siento que lo que hacemos es valioso, que merece la pena. Vivimos en un sitio muy básico, a veces con falta de luz o agua potable. He pasado malaria unas 5 veces, una incluso embarazada de mi primera hija, y sé que podría vivir mucho más cómoda, pero no sería tan feliz. Aquí queda mucho por hacer todavía.
¿Qué es lo mejor de Ghana?¿Qué nos estamos perdiendo los que no la conocemos?
Sin duda alguna el sentido de comunidad. La familia es muy fuerte y todos se preocupan por los demás y se cuidan mutuamente. Sean familiares directos o no, siempre buscan el bien común de todos. Hay muchísima solidaridad. Resulta curioso ver cómo, cuanto menos tienen, más generosos son.
¿Y lo peor?
Puffff, como te decía hay mucho trabajo que hacer. Aquí impera el patriarcado a todos los niveles. Una mujer que da su opinión se la ve como problemática y nunca es tan valiosa como la de un hombre. Asimismo, la sanidad pública tiene mucho que evolucionar todavía. La malaria en España sería como pasar por una gripe pero aquí los medios son pocos y malos, por lo que se convierte en una enfermedad mucho peor de lo que podría ser. Y faltan escuelas, recursos, ayudas estatales… Como decía, mucho por hacer!!
¿Cuál es el aprendizaje más valioso que te han regalado estos 16 años en Ghana?
Diría que el valor de la gente. Las personas aquí valoran mucho más quién eres que lo que haces, lo que ganas o lo que tienes. Sientes que aportas valor a los demás simplemente por quién eres tú como persona. Te sientes parte de algo, de un todo. Y también que el no tenerlo todo te mantiene en tensión, te obliga a estar despierta. Te enseña a responder ante las circunstancias que llegan en la vida y a estar siempre alerta.
Tu instagram está lleno de fotos ALUCINANTES de Ghana y su gente. ¿Cuándo empezó tu pasión por la fotografía? (síguela aquí!!! @rebecamarta)
Realmente no sabría qué decirte… No soy fotógrafa profesional, simplemente me encuentro en situaciones que muy poca gente suele vivir, en medio de la nada, y tengo la oportunidad de reflejarlo. Me siento muy afortunada.
Algunas fotos de Rebe
Comenzaste colaborando con otras ONGs y ahora tienes la tuya propia: Salormey Volunteers Group (www.svgafrica.org). ¿Qué proyectos lleváis a cabo?
Pues de todo tipo. Como decía, en Ghana hay mucho por hacer y nosotros tratamos de aportar todo lo que podemos en diversas áreas: misiones médicas, potabilización del agua, construcción de pozos, bibliotecas y escuelas, mejora de la educación y las posibilidades de los más jóvenes, ayuda a las mujeres a tener su propia voz y opinión…
Todo esto es posible gracias a la generosidad de todos los voluntarios, instituciones y comunidades de las que recibimos ayuda y el sueño común de que Ghana sea un lugar mejor para todos.
Y por último, ¿una frase que te defina?
«Espera el camino que queda por recorrer. No existe nada mejor que el viaje» 🙂
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